sábado, 21 de diciembre de 2024 10:12 www.gentedigital.es
Gente blogs

Gente Blogs

Blog de Javier Memba

El insolidario

Última lectura de Orión

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Jacques Martin, Orión, "El faraón"

imagen

            Desde hoy, recién acabada mi lectura de El Faraón -publicado originalmente en 1998, catorce años antes de esa edición española a la que me refiero- puedo jactarme de haber dado cuenta, en su totalidad, de un par de colecciones del gran Jacques Martin: Arno y Orión. Ciertamente, tanto una como otra son muy cortas comparadas con las dos series que hicieron de Martin un clásico: las aventuras de Alix y las de Lefranc. Arno fueron sólo tres números en su primera época -La pica roja (1983), El ojo de Keos (1985), El pozo nubio (1987)-, ésa es la que yo he leído en el integral de Glenat del 98; Orión se redujo a cuatro títulos: El lago sagrado (1990), El río Estigia (1996), El faraón y Los oráculos (2011).

Trece años después del deceso del gran Martín, tengo la sensación -y ya la he expresado en estos apuntes con anterioridad- de que dibujar o guionizar un álbum de Alix o Lefranc se ha convertido en una suerte de consagración para los grandes de la bande dessinée, como pueda serlo la creación de una entrega de las aventuras de Blake y Mortimer y alguna otra serie -acaso Blueberry- que se me escape. En cualquier caso, esto es algo que los lectores de bande dessinée debemos celebrar pues, al fin y al cabo, hace que se sigan publicando nuevos álbumes de nuestros personajes favoritos con periodicidad, debidos a los artistas que quieren demostrar su valía dibujando o guionizando una entrega de cualquiera de estas colecciones clásicas. O, al menos, ésa es la impresión que me da a mí.

Puede que esa sensación de estar asistiendo a la despedida del último gran personaje de Martin -Arno, nació en 1983*; Orión en 1990- hubiese sido menor de haber leído El faraón antes que Los oráculos, la cuarta y última entrega del joven ateniense me deslumbró menos que ésta. Aquí, en los dibujos, aún se percibe la mano maestra de Martin. No me atreveré a decir que, en estas viñetas -dibujadas por Christophe Simon-, también es palpable esa degeneración macular, que le fue diagnosticada a Martin en 1991, dejándole prácticamente ciego diez años después. Pero, salvo error u omisión, Orión fue la última mirada a la antigüedad clásica de un entusiasta de aquel tiempo ancestral -origen de nuestra cultura- y eso también debió de influir en esa nostalgia que yo percibo en la serie. Por ejemplo, en la añoranza de Hilona en Los oráculos. Aunque no se refiere a ella, Orión también extraña a una compañera en estas páginas, cuando ve a Sorg retozando junto a la princesa Anourka con la joven en pleno apogeo de su desnudez. Por lo que a mi respecta, no había visto tales tristezas, ni tales amores, en todos los cómics leídos hasta la fecha.

Reencontrarse con los personajes secundarios de aventuras anteriores es un elemento de primerísimo orden para la creación del universo de una colección. Como se dice ahora, es uno de los “mimbres” principales al efecto. Ése es aquí el caso de Sorg, el humano hijo de una mujer y un león, que conocimos en El río Estigia. Jacques Martín se vale de tan prodigioso mestizaje para llevarnos a esa Hélade en la que lo fabuloso convivía con lo cotidiano como si fuese lo más normal del mundo. “En Grecia, los animales se mezclan a menudo con los hombres -leemos en la tercera viñeta de la página siete, en una explicación que Orión da a Shelonk, su mando egipcio-. Hay caballos con tronco humano: los centauros; leones con cabeza de jóvenes: las esfinges; seres extraños con forma de serpiente: las gorgonas y un toro con el cuerpo de un atleta: el minotauro”. Merced a la singular combinación genética de Sorg, éste puede comunicarse con los leones -como Tarzán con los elefantes- y los reyes de la selva -aquí del desierto por mejor decir- acudirán en su ayuda siempre que su extraño hermano les llame.

En esta ocasión, “nuestros amigos” -vaya evocando el lenguaje de los tebeos de mi infancia- forman parte de una pequeña tropa de griegos que se une, junto a un grupo de libios y otro de nubios, a la hueste mercenaria de Amirteo, el faraón aludido en el título -el único de la dinastía XXVIII de Egipto; reinó de 404 a 398 a. e. c. quien, en efecto, venció a los ocupantes persas de su país a principios del reinado de Artajerjes II. Martin, quien cuando empezó a perder la vista decidió entregarse por entero al guión, era perfectamente consciente de que, para narrar los grandes acontecimientos de la historia, no hay nada mejor que hacerlo mediante una pequeña anécdota. En este caso, dicha anécdota viene dada por el augurio de un sacerdote del templo de Amón al faraón. El místico sugiere al soberano el robo de una estatuilla de Amán del gran templo de Karnak, en manos de los persas. De este modo, la sustracción de esa representación de la gran divinidad egipcia a los persas, no será un acto blasfemo, sino que, además, levantará al pueblo egipcio -que ridículo resulta escribir sobre pueblos en estos días que, al parecer, han sido sustituidos por las mayorías sociales- contra el invasor.

Naturalmente, nuestro héroe será el encargado de la sustracción. En la operación dejarán la vida un par de sus compañeros en la pequeña patrulla formada al efecto. Un nubio, acribillado por las flechas de los persas, e Ylón, un gigante griego que muere facilitando la huida. El tratamiento de la muerte por parte de Jacques Martin es algo tan infrecuente en la bande dessinée como otrora lo fue el del sexo. E, igual que la frecuencia de sus desnudos me llamó la atención a medida que iba descubriendo su obra, ahora, que ya la empiezo a terminar de leer, me sorprende el realismo con que presenta los cadáveres.

Cuando los persas, persiguiendo a los ladrones, llegan al campamento del faraón, Amirteo resulta ser un felón que acusa a los griegos del robo -pese a que fue él quien, siguiendo el consejo del sacerdote, se lo ordenó- y para aplacar a los persas les entrega a los griegos. Orión, como el héroe que es, se ofrece a ir el sólo a enfrentarse con Baalgoas, el visir que ejerce de comandante del ejército persa. Sorg, por una generosidad de Orión, se queda con su bella Anourka.

Aunque es Orión quien vence en el combate singular, que le enfrenta a Baalgoas, el griego ofrece su vida al persa, tras haberle dejado desarmado, obedeciendo a los códigos de honor. Y, en observancia a esos mismos códigos de honor, Baalgoas no sólo le perdona la vida, sino que, también, le sube a su barco para llevarle a Persia, a Persépolis, la “más bella ciudad” del mundo.

Christophe Simon, quien se estrenó como dibujante de Orión en la página 31 de El río Estigia, aquí ya es el autor de todas las viñetas. Su trazo me parece mucho más próximo al de Martin, en los dos álbumes de Orión que dibujó, que el de Marc Jailloux, dibujante de Los oráculos. Sin que esto, por supuesto, suponga menoscabo alguno para Jailloux.

Mención especial merecen las viñetas de los nubios tirando de un barco por un tramo del Nilo, invadido por un cultivo, donde la profundidad de las aguas no permite la navegación. Esas estampas han venido a recordarme esa misma situación -una gente tirando de un barco- en El hombre de una tierra salvaje (Richard C. Sarafian, 1971) y Fiztcarraldo (Werner Herzog, 1982).

Y una mención especial, aún mayor, merece esa esplendida recreación del gran templo de Amón en Karnak. Dibujado a modo de vista aérea -reconstrucción que parte, no cabe duda, de alguna fotografía actual de las ruinas del recinto llegadas a nuestros días, ocupa un par de páginas del álbum: la 34 y la 35.

Puede que esa nostalgia, que a fe mía gravita en esta aventura, también se deba a que es la única entrega de la colección localizada fuera de Grecia. Al Peloponeso alude Sorg en su despedida de Orión. Pero mucho me temo que, lo más cierto, sea que toda esa melancolía que he encontrado en estas páginas se deba a una certidumbre: la mía de que, lo más seguro, es que El faraón se la última aventura de Orión que voy a leer.

 



*Arno conoció una segunda época en 1994, que se prolongó en tres álbumes -inéditos en España- dibujados por Jacques Denoël.

Publicado el 25 de marzo de 2023 a las 23:00.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Comentarios - 0

No hay comentarios



Tu comentario

NORMAS

  • - Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
  • - Toda alusión personal injuriosa será automáticamente borrada.
  • - No está permitido hacer comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • - Gente Digital no se hace responsable de las opiniones publicadas.
  • - No está permito incluir código HTML.

* Campos obligatorios

Javier Memba

Javier Memba

            Periodista con más de cuarenta años de experiencia –su primer texto apareció en la revista Ozono en 1978-, Javier Memba (Madrid, 1959) fue colaborador habitual del diario EL MUNDO entre junio de 1990 y febrero de 2020. Actualmente lo es en Zenda Libros. Estudioso del cine antiguo, en todos los medios donde ha publicado sus cientos de piezas ha demostrado un decidido interés por cuanto concierne a la gran pantalla. Puede y debe decirse que el setenta por ciento de su actividad literaria viene a dar cuenta de su actividad cinéfila. Ha dado a la estampa La nouvelle vague (2003 y 2009), El cine de terror de la Universal (2004 y 2006), La década de oro de la ciencia-ficción (2005) –edición corregida y aumentada tres años después en La edad de oro de la ciencia ficción-, La serie B (2006), La Hammer (2007) e Historia del cine universal (2008).

 

            Asimismo ha sido guionista de cine, radio y televisión. Como novelista se dio a conocer en títulos como Homenaje a Kid Valencia (1989), Disciplina (1991) o Good-bye, señorita Julia (1993) y ha reunido algunos de sus artículos en Mi adorada Nicole y otras perversiones (2007). Vinilos rock español (2009) fue una evocación nostálgica del rock y de quienes le amaron en España mientras éste se grabó en vinilo. Cuanto sabemos de Bosco Rincón (2010) supuso su regreso a la narrativa tras quince años de ausencia. La nueva era del cine de ciencia-ficción (2011), junto a La edad de oro de la ciencia-ficción, constituye una historia completa del género, aunque ambos textos son de lectura independiente. No halagaron opiniones (2014) fue un recorrido por la literatura maldita, heterodoxa y alucinada. Por su parte, David Lynch, el onirismo de la modernidad (2017), fue un estudio de la filmografía de este cineasta. El cine negro español (2020) es su última publicación hasta la fecha.  

 


 

          

 

Miniatura no disponible

 

Javier Memba en 2009

 

Javier Memba en 1988

 

Javier Memba en 1987

 

1996

 

 

Javier Memba en la librería Shakespeare & Co. de París

 

 

 

 

Imagen

 

 

COMPRAR EN KINDLE:

 

 

 

contador de visitas en mi web



 

 

Enlaces

-La linterna mágica

-Unas palabras sobre Vida en sombras

-Unas palabras sobre La torre de los siete jorobados

-50 años de la Nouvelle Vague en Días de cine

-David Lynch, el onirismo de la modernidad en Radio 3

-Unas palabras sobre Casablanca en Telemadrid

-Unas palabras sobre Tintín en Cuatro TV

 

 

ALGUNOS ARTÍCULOS:

Malditos, heterodoxos y alucinados de la gran pantalla

Nuevos momentos estelares de la humanidad

Chicas yeyés

Chicas de ayer

Prólogo al nº 4 de la revista "Flamme" de la Universidad de Limoges

Destinos literarios

Sobre La naranja mecánica

Mi tributo al gran Chris Marker

El otro Borau

Bohemia del 89

Unos apuntes sobre las distopías

Elogio de Richard Matheson

En memoria de Bernadette Lafont

Homenaje al gran Jean-Pierre Melville

Los amores de Édith

Unos apuntes sobre La reina Margot

Tributo a Yasujiro Ozu con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento

Muere Henry Miller

Unos apuntes sobre dos cintas actuales

Las legendarias chicas de los Stones

Unos apuntes sobre el "peplum"

El cine soviético del deshielo

El operador que nos devolvió el blanco y negro

Más real que Homeland

El cine de la Gran Guerra

Del porno a la pantalla comercial

Formentera cinema

Edward Hopper en estado puro

El cine de terror de los años 70

Mi tributo a Lauren Bacall

Mi tributo a Jean Renoir

Una entrevista a Lee Child

Una entrevista a William McLivanney 

Novelistas japonesas

Treinta años de Malevaje

Las grandes rediciones del cómic franco-belga

El estigma de La campana del infierno

Una reedición de Dalton Trumbo

75 años de un canto a la esperanza

Un siglo de El nacimiento de una nación

60 años de Semilla de maldad

Sobre las adaptaciones de Vicente Aranda

Regreso al futuro, treinta años después 

La otra cabeza de Murnau

Un tributo a las actrices de mi adolescencia

Cineastas españoles en Francia

El primer surrealista

La traba como materia literaria

La ilustración infantil de los años 70

Una exposición sobre la UFA

La musa de John Ford

Los icebergs de Jorge Fin

Un recorrido por los cineastas/novelistas -y viceversa-

Ettore Scola

Mi tributo a Jacques Rivette

Una película a la altura de la novela en que se basa

Mi tributo a James Cagney en el trigésimo aniversario de su fallecimiento

Recordando a Audrey Hepburn

El rey de los mamporros

Una guía clásica de la ciencia ficción

Musas de grandes canciones

Memorias de la España del tebeo

70 años de la revista Tintín

Ediciones JC regresa a sus orígenes

Seis claves para entender a Hergé

La chica del "Drácula" español

La primera princesa de la lejana galaxia

El primer Tintín coloreado

Paloma Chamorro: el fin de "La edad de oro"

Una entrevista a la fotógrafa Vanessa Winship

Una recuperación del Instituto Murnau

Heroínas de la revolución sexual

Muere George A. Romero

Un mito del cine francés

Semblanza de Basilio Martín Patino

Malevaje en la Gran Vía

Entrevista a Benjamin Black

Un circunloquio sobre la provocación

Una nueva aventura de Yeruldelgger

Una dama del crimen se despide

Recordando a Peggy Cummins

Un tributo a las yeyés francesas

La última reina del Technicolor

Recordando a John Gavin

Las referencias de La forma del agua

El Madrid de 1988

La nueva ola checa

Un apunte sobre Nelson Pereira dos Santos

Una simbiosis perfecta

Un maestro del neorrealismo tardío

El inovidable Yellowstone Kelly

Que Dios bendiga a John Ford

Muere Darío Villalba

Los recuerdos sentimentales de Enrique Herreros

Mi tributo a Harlan Ellison

La inglesa que presidió el cine español

La última rubia de Hitchcock

Unos apuntes sobre Neil Simon

Recordando Musicolandia

Una novelista italiana

Recordando a Scott Wilson

Cämilla Lackberg inaugura Getafe Negro

Una conversación entre Läckberg y Silva

El guionista de Dos hombres y un destino

Noir español y hermoso

Noir italiano

Mi tributo al gran Nicholas Roeg

De la Escuela de Barcelona al fantaterror patrio

Recordando a Rosenda Monteros

Unas palabras sobre Andrés Sorel

Farewell to Julia Adams

Corto Maltés vuelve a los quioscos

Un editor veterano

Una entrevista a Wendy Guerra

Continúa el misterio de Leonardo

Los cantos de Maldoror

Un encuentro con Clara Sánchez

Recuerdos de la Feria del Libro

Viajes a la Luna en la ficción

Los pecados de Los cinco

La última copa de Jack Kerouac

Astérix cumple 60 años

Getafe Negro 2019

Un actriz entrañable

Ochenta años de "El sueño eterno"

Sam Spade cumple 90 años

Un western en la España vaciada

Romy Schneider: el triste destino de Sissi

La nínfula maldita

Jean Vigo: el Rimbaud del cine francés

El último vuelo de Lois Lane

Claudio Guerin Hill

Dennis Hopper: El alucinado del Hollywood finisecular

Jean Seberg: la difamada por el FBI

Wener Herzog y la cólera de Dios

Gordad, el gran maese de la heterodoxia cinematográfica

Frances Farmer, la esquizofrénica que halló un inquietante sosiego

El hombre al que gustaba odiar

El gran amor de John Wayne

Iván Zulueta, arrebatado por una imagen efímera

Agnès Varda, entre el feminismo y la memoria

La reina olvidada del noir de los 40

Judy Garland al final del camino de adoquines amarillos

Jonas Mekas, el catalizador del cine independiente estadounidense

El gran Edgar G. Ulmer

La última flapper; la primera it girl

El estigmatizado por Stalin

La controvertida Egeria del Führer

El gran Tod Browning

Una chica de ayer

El niño que perdió su tren eléctrico

La primera chica de Éric Rohmer

El último cadáver bonito

La exnovia de James Dean que no quiso cumplir 40 años

Don Luis Buñuel, "ateo gracias a Dios"

La estrella cuyo fulgor se extinguió en sus depresiones

El gran cara de palo

Sylvia Kristel más allá de Emmanuelle

Roscoe Arbuckle, cuando se acabaron las risas

Laura Antonelli, la reina del softcore que perdió la razón

Nicholas Ray, que nunca volvió a casa

El vuelo más bajo de la princesa Leia Organa

Eloy de la Iglesia y el cine quinqui

Entiérralo con sus botas, su cartuchera y su revólver

La chica sin suerte

Bela Lugosi y la sombría majestuosidad de Drácula

La estrella de triste suerte

La desmesura de Jacques Rivette

Françoise Dorléac

Klaus el loco

Una hippie de los 70

Jean Esustache, entre la Nouvelle Vague y el ascetismo

Nadiuska, un juguete roto

Thea von Harbou

Jesús Franco

David Cronenberg

Sharon Tate, como en un cuento de Sheridan Le Fanu

Un guionista sediento

La reina del fantaterror patrio

Dalton Trumbo y los diez de Hollywood

La primera chica que arrojó una tarta 

El desdichado Hércules contemporáneo

En la tradición familiar

El músico del realismo poético

Otro tributo a la gran Patty Shepard

Elmer Modlin y su extraña familia

Las coproducciones internacionales rodadas en España

Marilyn Monrore y su desesperado último gesto

Un amor más poderosos que la vida

El actor atrapado en sus personajes

Entre el fantasma de su madre y el final del musical

Barbet Schroeder

Amparo Muñoz

Samuel Bronston más alla de Las Rozas

Chantal Akerman

Françoise Hardy 

Un antiguo dogmático

Jane Birkin

Anna Karina, su turbulento amor y el Madison

Sandie Shaw, ya con calzado

El gran Serge Gainsbourg

Entre la niña prodigio y la mujer concienciada

La intérprete de Shakespeare que inspiró a The Rolling Stones

La maleta del capitán Wajda

Val Lewton y su dramatización de la psicología del miedo

La alimaña de Whitechapel

Cristina Galbó

La caravana Donner

Eddie Constantine

Un nuevo curso del tiempo

Rosenda Monteros

Una criatura de la noche

Una carta a Nicolás I

Edison y el 35 mm

Barbara Steele

El felón Esquieu de Floyran acaba con los templarios

Entre Lovecraft y Hitchcock

Tchang Tchong Yen recuerda a Hergé

La musa del ciberpunk

Néstor Majnó

Una leyenda del Madrid finisecular

El rey de la serie B

La primera cosmonauta soviética

Cuando la injuria sucede a la fatalidad

Bajo Ulloa y sus cuentos crueles

La cicerone de los Stones en el infierno 

Nace Toulouse-Lautrec

El París del Charlestón se rinde a Josephine Baker

Nastassja Kinski, la dulce hija del ogro

Un tributo a Sam Peckinpah

La leyenda del London Calling

Fiódor Dostoievski frente al pelotón de fusilamiento

Mi alucinada favorita

El hombre de las mil caras

El 7º de Caballería pierde la gloria

Un recuerdo de Silke

El genocidio camboyano

Peter Bogdanovich

Guy Debord y la sociedad del espectáculo

Un héroe de Iwo Jima 

Lupe Vélez tras el último tequila sunrise

El general Lee

Roman Polanski

Un hampón italoamericano

Jane Fonda en su juventud

Kraken en la Cuesta de Moyano

Josef von Sternberg

The Beatles en The Carvern y en el show de Ed Sullivan

Que la tierra le sea leve a Douglas Trumbull

El último superviviente del hampa de Chicago

Inma de Santis

El Álamo

Una musa insumisa

El malvado Zaroff y un elogio a las revistas pulp

Miles Davis

Un polaco y el amour fou

La Legión extranjera como género literario

Conchita Montenegro

Peter Lorre y su cara de villano

El juez de la horca

Syd Barrett

Kathleen Turner

Una caricatura de la hombría

Eric Clapton

Helga Liné

Butch Cassidy

Carlos Arévalo, un cineasta español

Nace el último bohemio

Pascual García Arano

María Perschy

El Combray de Ingmar Bergman

Carlos Castaneda

Una canción de Neil Young

Un suicida dandi

Hedy Lamarr

Philip K. Dick y sus realidades bastardas

La última mujer fatal

Andréi Tarkovski, otro maldito por la censura soviética

Nace la música de la New Age

"Wie einst" Lili Marleen

Una lectura de Byron en Villa Diodati

Un apostol de la sedición juvenil

Ava en mi ciudad

Rider Haggard

Una entrada para la "Historia universal de la infamia"

La Marguerite Duras cineasta

Gallardo y calavera

El hombre que vendió su alma a Elizabeth Taylor

El crímen de Charlotte Corday

Un elogio entusiasta de la urbe

Un ángel caído

Mary Bradbury teme por su vida

Pierre Étaix y su triste gracia

El mejor verano de los Rolling

María Rosa Salgado y su conmovedora discrección

La valentía de Ramón Acín

Sylvie Vartan

La cruz de Malta de Wim Wenders

La epifanía de Louis Daguerre

Carroll Baker

Marie Laforêt y mi amigo Eloy

Eliseo Reclus atisba su quimera

Patty Pravo

Richard Pryor contra sí mismo

Miroslava, una actriz marcada por la fatalidad

France Gall y el doble sentido

Robert Bresson y el cine puro

La gesta de Alekséi Stajánov

Nace el Rimbaud del Rock & Roll seminal

Dominique Dunne, una filmografía que se quedó en el aire

Un actor vampirizado por un personaje

Tolkien publica El Hobbit

La segunda musa de Godard

John Dos Passos entra en la eternidad

Alain Resnais, el cine de la memoria

Una musa del filme noir

El cadáver de Nancy Spungen en el Chelsea Hotel

La historia de Bobby Driscoll

Un icono del feminismo

Recordando a Tina Aumont

Colgaron a Gilles de Rais

Dario Argento

Nico en el cine

Dylan Thomas en su último trance

Brigitte Helm

Un punkie en la Disney 

Nace Billy el Niño

The Wall

Tennessee Williams

Vivien Leigh

Kazuo Sakamaki salva la vida en Pearl Harbor

El proscrito de la Escuela de Barcelona 

47 hombres de honor

Charlotte Rampling

La incomunicabilità del gran MIchelangelo Antonioni

F. Scott Fitzgerald

Un pilar del cómic estadounidense

Juliet Berto

Erik, el fantasma de la Ópera

Una comedia francesa

Un pesimista alegre

Una mirada indolente a la derrota 

Sender en Casas Viejas

Kipling en su último momento

Los hermanos Marx

Puente sobre aguas turbulentas

Anouk Aimée

Mary Shelley

Quentin Tarantino

Neal Cassady 

Natalie Wood

La heterodoxia de Ermanno Olmi

Fu-Manchú

Stefan Zweig pone fin a sus días

 

 

 

 

 

 

EN TU MAIL

Recibe los blogs de Gente en tu email

Introduce tu correo electrónico:

FeedBurner

Archivo

Grupo de información GENTE · el líder nacional en prensa semanal gratuita según PGD-OJD